Tres comunidades de vecinos de las calles Comandante Caballero, González Besada y Dionisio Ridruejo recibieron ayer la visita de los técnicos del Ministerio de Industria, quienes certificaron la óptima instalación de las calderas de biomasa que les han calentado este invierno.
Las 134 familias optaron al programa Biomcasa, dependiente del ministerio y que facilita la financiación de los proyectos de biomasa térmica en edificios y que también establece un control sobre las empresas habilitadas a nivel nacional. Los vecinos siguen, con este programa, pagando el mismo recibo y financian la instalación con el ahorro energético que conlleva el nuevo equipamiento.
«Una caldera que funcione con gasóleo cuesta el doble que una de biomasa. Los vecinos consiguen una instalación nueva y no tienen que realizar ninguna inversión inicial. No pagan un euro más de lo que desembolsaban hasta entonces», explica Gabriel Uría. Su empresa, Uría Ingeniería, es la única asturiana que está inmersa dentro del programa Biomcasa y ha sido la encargada de instalar las tes calderas que ayer recibieron luz verde de Industria. Porque esa es otra de las ventajas del programa: la calidad del sistema. «Existe una garantía del ministerio. La instalación está vigilada por lo que se evitan posibles fallos del sistema».
Y el punto más favorable de la biomasa es que reduce las emisiones de gases contaminantes. «Las emisiones de CO2 de esta energía se consideran neutras y por supuesto son mucho menores que las de gasóleo, gas y carbón», sostiene Uría, cuya empresa se encarga, además de la instalación, del mantenimiento de servicios, tanto en biomasa como en otros tipos de combustibles.